1. m. Derivado insustancial de algún viernes canalla sobrellevado entre comillas en compañía de un Romeo + Julieta sin subtítulos o un inoportuno Broken English elegidos cuidadosamente para alimentar el (mil veces traicionero) gusto por lo trágico, y que se caracteriza por hordas de ida y vuelta de privados de Fb a reventar de pasteladas varias – mails como metralla high-candy sólo para aficionadas y, por supuesto y sobre todo, sin rastro público de este after de afters del azúcar glass. Overdose no apta para diabéticos que resquebrajaría en cero-coma el vivo retrato de la Emperatriz de Hielo y acometería directamente contra el alter ego cool de ese pringoso y persistente antihéroe subcutáneo.
Eso, o más fácil: la falta de huevos para estampar tus propios pasteles contra tu muro, un sábado, por ejemplo.